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Sunday, September 11, 2011

Opinión de la actualidad

Muchos analistas políticos llaman al tiempo presente como el del Capitalismo Tardío. Esto sería la última etapa del sistema de producción basado en la ganancia del dinero. El capitalismo se consolidó de manera efectiva en los años 1750 cuando se decide que la política del Estado sería la de defender los intereses de los bancos y de las empresas económica de los ciudadanos del Reino Unido. Esto quiere decir que de allí en adelante las fuerzas armadas del Estado defenderán los bienes que los ciudadanos ingleses tengan en el mundo. Antes de este periodo, las fuerzas del Estado defendían el honor y los bienes de los nobles ingleses ligados a la familia real del momento. Esto cambia y obliga a los militares defender las fábricas y bancos ingleses desparramados por el mundo. Las razones de cambio son sencillas: la riqueza que producen los bienes de las empresas son muchísimas más grandes que las de cualquier familia real que pueda estar en el poder. La historia cambia y deja de ser las de los cambios de las familias reales y comienzan la era de las naciones. Desde ese momento el capital se transforma en la fuente del Poder en el Reino Unido y de las naciones que siguen este camino. Este sería entonces el momento del capitalismo triunfal luego de casi 300 años de lucha en dominar al feudalismo europeo ligado a poder de las familias de la nobleza.

Ahora, pisando el año 2012, podemos ver que el capitalismo lleva más de 260 años de dominio en el mundo donde en los últimos 100 años se lo ha puesto en jaque por las luchas sociales sin llegar a su esperado final. Podríamos decir que estos años han sido de ensayos pre-socialistas como forma de querer reemplazar el sistema dominante capitalista por otro no capitalista. El sistema capitalista, sin embargo, ha demostrado tener fuerzas regenerativas que le permitieron reproducir las condiciones de su existencia real cada vez que se lo ha puesto en crisis política. También lo ha demostrado luego de cada proceso de crisis de acumulación real del capital a las que conocemos como “crisis económica”.

En estos años del siglo XXI estamos asistiendo sin embargo a un proceso de acumulación acelerada. Durante el siglo XX las “Crisis” se producían cada diez u once años, durante estos años, desde el comienzo del siglo con la caída de Unión Soviética, las crisis son de cada vez más frecuentes. Las crisis del golfo, la crisis de las Torres del WTC, la crisis de Irak, la crisis de la hipotecas, la crisis de las deudas soberanas son señales periódicas de los procesos de acumulación. Las reuniones de los grupos de las regiones económicas dominantes son casi mensuales, cuando antes los hacían anualmente. En realidad estas fases de crisis, que son un proceso de acumulación del capital, se ven como catástrofes porque, evidentemente, si el dinero se acumula en un punto o centro financiero es porque emigra de los bolsillos y de las economías sociales de otro punto o economía del planeta. Por eso nosotros, los que no poseemos el dinero ni los medios para producirlo, lo sufrimos como falta del mismo y tengamos que trabajar mucho más duro para mantener la vida en condiciones razonables.

Lo que caracterizaría esta etapa del Capitalismo es que las condiciones que lo ponen en riesgo de existencia es su propia acción y no de que provenga de algunos de los movimientos externos como fueron las luchas obreras del siglo XX. Este riesgo de la reproducción de su existencia, en el capitalismo, es su capacidad de producir ganancia con el movimiento del dinero, que en economía política se llama plusvalor. Este plusvalor surge de la compra de la fuerza laboral, en forma de salario, para producir mercancías nuevas para el mercado en un mayor valor que lo pagado en salarios. En estos últimos años se ha producido una nueva forma de explotación laboral que es la de tecnologizar su mecanismo serial. Los sistemas electrónicos inteligentes, las computadoras, los robots, han sido incorporados al proceso de producción de mercancías y han logrado multiplicar por decenas la productividad del trabajo. Al mismo tiempo se ha desplazado mucha mano de obra humana fuera de los medios de producción a la vez que se multiplicó el intercambio (shopping y centros comerciales de alto intercambio). El capitalismo tecnológico ha resuelto una gran paradoja; con menos obreros explotados se logra una calidad mejor de vida gracias a la abundancia de mercancías de uso que aparecen en el mercado. Y por ello también menos conflictividad social en los países del sistema capitalista. Sin embargo, por el proceso de producción de ganancia lo vuelve inestable. Es inestable porque para mantener una tasa de ganancia competitiva se requieren cantidades inmensas de dinero lo cual obliga a concentración de capitales cada vez mayores. Esto se refleja en los bancos que transcienden su esfera nacional y deben transnacionalizar su base monetaria como lo muestra la creación del Euro,

Esto último es lo que está ocurriendo con las masas de capitales que buscan la producción de ganancia para mantener el dinero dentro de la circulación global del capital en los circuitos financieros del mundo.

Entonces, esta etapa se da sobre una disyuntiva: o bien, se busca un mayor proceso de plusvalorización; o bien, mantener un bajo nivel de ganancia de dinero, casi al límite de cero. En la primera opción es volver bajar el nivel de vida de las clases sociales dependientes del capitalismo reduciendo su salario, beneficios sociales, seguridad económica, en una palabra precarizar las condiciones de existencia para abaratar los precios de los salarios a niveles de subsistencia. Esto produciría catástrofes sociales y reeditar las luchas sociales a niveles más violentos y masivos. La segunda opción es la de mantener tasas de ganancias mínimas en base a acuerdos y consensos entre capitalistas como verdaderos armisticios para evitar la competencia y mantener el sistema capitalista de manera de conservar las posiciones dominantes y evitar las inestabilidad entre ellas. Al parecer, por las medidas y reuniones de líderes mundiales, se establece esta paradoja: ¡se están haciendo las dos cosas al mismo tiempo!

Por una parte se imponen planes de ajustes sociales y por la otra se acuerdan no dominarse mutuamente entre capitalistas. Se hace esto como hace 260 años por la fuerza militar. Los planes de ajustes producen revueltas sociales que deben ser contenidas por las fuerzas armadas del Estado. Por lo tanto la fabricación y provisión de armamentos garantizan buenas ganancias; ejemplos de esto son las represiones en España, la movilización de tropas en Estados Unidos por el 11.S, las revueltas árabes y las guerras de Afganistán e Irak. Por otro lado se ponen de acuerdo y se compran deudas o se proveen de dinero a aquellos bancos que han visto desvanecer su capital que buscaban altas tasas de ganancias donde no existían de parte de bancos que sí tienen tasas de ganancias reales provenientes de la producción industrial; como lo ejemplifica claramente los bancos alemanes que ayudan a los bancos españoles, irlandeses, griegos, portugueses; así como el banco federal norteamericano a los bancos regionales de su país. Seria nivelar las pérdidas.

En esta etapa del capitalismo su forma parece de la de un enfermo que no puede salir de la terapia intensiva, sin que esto se traduzca en agonía aún. Ante este cuadro hospitalario se ven surgir por todas partes economías alternativas como forma de seguir el desarrollo de la humanidad dejando de lado el desarrollo capitalista. Como todo proceso histórico que cumple una función y una etapa determinada el capitalismo esta brindando todo el despliegue que la economía puede dar bajo su dominación y se vislumbra otro proceso histórico que paso a paso se va afirmando como el camino seguro y posible para desplegar las enormes potencialidades de la humanidad como inteligencia activa y consciente de sí misma. Que estas formas de economía se la llame socialismo solo es una cuestión política.

11de septiembre de 2011.

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