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Sunday, October 16, 2011

El nuevo sujeto histórico.

Excluidos Sociedad Anónima.

A partir de la implementación del neoliberalismo en la Argentina en Julio de 1989 se conformó el nuevo sujeto social histórico que tendrá una larga participación activa en la política social de los años siguientes.

En efecto, a partir de la designación del ministro de economía de apellido burgués: Bunge, se tuvo la sensación cierta que la Argentina iba hacia un camino dependiente del capitalismo internacional. Luego de la breve estadía de ese ministro se designa a Domingo Cavallo, conocido economista de la anterior dictadura militar, quien a pesar de estafas al Estado pasa a ser el superministro de un divertido Menem de presidente.

El plan neoliberal se lleva a cabo inmediatamente vendiendo empresas del Estado a precios de saldos. Los grandes sindicatos son cómplices necesarios a los que se les concede negocios propios dentro de aquellas empresas privatizadas para ayudar a venderlas a cambio de deudas a los grandes bancos internacionales. Empresas tras empresas pasan al sector privado cuyas primeras medidas son desalojar de trabajadores y empleados de forma masiva de sus lugares de trabajo. Cientos de empresas ligadas al sector estatal cierran por falta de demandas. Se crea así un enorme ejército de desocupados que ya no ingresarán más a los medios de producción de bienes y servicios.

A la masa de desocupados creados en los primeros años 90 se le suman los que ingresan por su edad. Decidamente son los sectores sociales más empobrecidos en que el número de desocupados crece desmedidamente. Mientras que los de clase media con aspiraciones a ser de la clase alta se conforman con ser empleados y mantener un trabajo como medio de vida. En estos años hasta la tasa anual de nacimientos disminuye hasta más debajo de la media histórica. De ejército de desocupados se pasa a un país completo de desocupados.

La gran recesión del año 98 provoca el malestar social y comienzan los primeros levantamientos populares que alientan un cambio de rumbo de la economía del país. Este aliento se traduce en una alianza de partidos que gana las elecciones del 99 planteándose como instrumento del cambio deseado. Poco iba a durar la confianza cuando en apenas 70 días, en febrero del año 2000, se sanciona en el congreso la ley de flexibilización laboral que profundizaba la política neoliberal en vez de atacarla.

A pesar de mantener e incrementar los privilegios de sindicalistas corruptos y peronistas cómplices para ahogar los movimientos sociales populares la movilización de los desocupados se incrementa y crece en organizaciones nacionales conocidas como los piqueteros. Los cortes de rutas, los escraches a políticos y organizaciones capitalistas se incrementan con los meses siguientes. El nuevo sujeto social paso a ser un nuevo sujeto político. A su vez, el gobierno aliancista confiado en las redes que creaba la corrupción del Estado con dirigentes sindicales y políticos, seguía manteniendo el rumbo neoliberal profundizando cada día más su crisis interna. Para crear la ganancia sin capacidad laboral ampliada se recurría a préstamos internacionales cada vez más caros y sin posibilidad de pagarlos en el futuro inmediato y lejano.

Al desatarse la crisis por la deuda y desaparecer el dinero financiero se recurrió al dinero de cambio dejando sin nada a todas las clases sociales que no dispusiera de medios de producción propios para generar sus sustentos diarios y estalló entonces la crisis social. A la salida a la calle de las grandes clases medias, el movimiento piquetero cobró una importante realidad y se construyó como sujeto de cambio social. Los años siguientes del diciembre del 2001 tuvo al movimiento piquetero como factor de presión para las políticas estatales de esos años hasta que se pudo conseguir una salida con elecciones para un nuevo presidente.

El que gana la elección es nuevamente Menem pero en el marco de casi un triple empate con apenas el 23% de los votos. Esto es lo mismo que un 77% en contra de él y que por nada del mundo lo votaría en una segunda vuelta. Para evitar una desastrosa derrota renuncia a presentarse en la otra instancia y queda como presidente el segundo elegido: Néstor Kirchner.

El gobierno ejercido desde el 25 de mayo del 2003 tiene en cuenta a el nuevo sujeto político y sus más allegados aliados: la izquierda política que detrás de cada reclamo lo supeditaba al demandar justicia para los desaparecidos durante la dictadura militar del 76. Se da así una política de doble aspecto; despojar a la izquierda tradicional su más alta bandera de derechos humanos y despojar a las masas de desocupados del influyente político de izquierda.

Durante los años posteriores el gobierno nacional ha tomado a este nuevo sujeto como base social de sustentación política. Los planes sociales de asistencia tienen como objetivo crear una masa de adherentes incondicionales, por su precariedad social, para un proyecto hegemónico de Poder. Este nuevo movimiento de la política argentina, en base a este nuevo sujeto histórico, entra a jugar un papel independiente de los antiguos partidos burgueses y es por eso que en las últimas elecciones (y en la próxima del domingo 23) los partidos justicialistas y radicales son los grandes derrotados y ya prácticamente desaparecidos de la escena política argentina.

Estructuralmente este sujeto político no tiene adhesiones ideológicas ni identificación partidaria como era usual durante el siglo XX. Es un sujeto político que depende de su condición económica. Si no es atendido por algún plan social de asistencia inmediatamente deja de adherir a su representante político. Por lo cual su posición política depende de su momento económico. Ante una eventual falta de recursos en pocos meses buscará desalojar a quienes considere responsable de su mal pasar. Esto es difícil que ocurra ya que esta asistencia masiva genera un consumo interno y una reproducción de bienes de cambio y servicios que mantiene una expectable actividad económica en las clases medias altas. Se ha formado una política neo bienestar social en la Argentina que permite atravesar la crisis capitalista neoliberal mundial que parece seguir la suerte de la Argentina del 2001. En Europa a los desocupados se los denominó “indignados” para quitarle el carácter de clase social determinada. En los Estado Unidos se los denominó “occupy” con el mismo fin. Por más que disfracen su nombre son los excluidos de los medios de producción. En la Argentina parece estar adelantada diez años en esto de los desocupados, de los excluidos, pero esta apariencia es solo eso ya que aquí, en esta región del planeta, lo que permite la política pretendidamente hegemónica es solo la ayuda que genera la renta diferencial de la tierra que existe a medida que existe el mercado de intercambio de mercancías mundial y la producción de medios de producción y de bienes de cambio y de bienes de uso. Algo que no depende de las clases sociales nuevas sino de la asustada gran burguesía mundial que es más proclive a la guerra que a resolver problemas sociales y políticos de manera efectiva.