Powered By Blogger

Tuesday, May 28, 2013

¿Denominar la década o empezar a nombrarla?


Estamos pisando la tercera década del siglo 21 desde el punto de vista histórico. El siglo comienza con la fracturación de los Estados nacionales en todo el mundo y que comienza con la caída del Muro de Berlín, sigue con la disolución del Estado Nacional más homogéneo del mundo como lo fue la Unión Soviética. Y que culminará con el proceso de transnacionalización de las corporaciones imperialistas económicas de todo el planeta disolviendo así el imperialismo de unos Estados sobre los otros, como el de los Estados Unidos. 

Se fractura el mundo soviético, se abre el comunismo chino y el planeta se plantea como una política global entre todos los Estados y grandes corporaciones económicas y comerciales. Esto fue la gran conmoción de los años 90 con su individualismo sobre los Estados y el culto a la personalidad brillante y triunfante dando fin a la historia social etiquetada como el gran fracaso. 
El Estado global y su contraparte el Estado Nacional minimizado terminó en Buenos Aires en los días de diciembre del 2001. El pueblo argentino ante la falta de liderazgo estatal toma las calles y pide su participación violenta con cerca de tres millones de personas movilizadas en esos más de tres días. 
De esa crisis con estallido social se salió con una economía disuelta, sin moneda y con la capacidad productiva esencial de subsistencia. La economía apelaba al trueque callejero y al papel impreso por el Banco Central para las transacciones de todo tipo. Cada provincia emitía sus bonos en reemplazo del dinero y así se pasó un año en recomenzar todo de nuevo. Economías quebradas se reemplazaron poco a poco y gracias a la fertilidad de la tierra y su gran renta diferencial del mercado internacional con la que se recompusieron las finanzas públicas con un nuevo proceso de atesoramiento y de a poco comenzó a emitirse de nuevo el papel moneda de curso legal en todo el territorio. 
Si tomamos este comienzo con estos días del año 13, el salto cualitativo y cuantitativo de la economía nacional es casi milagroso y se podría decir que nunca el país ha tenido tanto crecimiento económico en su historia. Pero no es lo mismo que crecer de dos pesos a cien, siendo el salto del 5.000% que crecer de 98 a 100, que es del 2,05% que es el crecimiento promedio de un país inserto en el mercado. Es decir, que si nos comparamos con el 2001 el salto es tremendo, pero si nos comparamos con el año 83 hemos retrocedido considerablemente. Y si esta comparación la hacemos con el año 1974 podemos afirmar que perdimos un país real y concreto. Pero esto son solo anacronismos para confirmar una opinión de un tipo u otra totalmente contraria a la anterior. 
Estamos en el 2013 y ya es otra década que recién esta comenzando. Así que la década que se puede denominar de alguna manera es la terminó en el 2010 o principios del 2011. La década 2001 – 2011 fue una década de recuperación de una caída al fondo del pozo. Finalizó una década que apenas estamos en la superficie para caminar hacia algún lado y en el que se trató de tapar ese pozo neoliberal para no caer más en él. Por un lado, el retorno al neoliberalismo está cerrado y nadie querrá caminar por el antiguo lugar de la caída. Pero por otro lado, no podemos permanecer eternamente en torno al antiguo pozo porque corremos el riesgo de morir de hambre y necesidades elementales de la vida humana. Por eso esta nueva década iniciada en los 2011 puede correr el riesgo de ser una década estancada. Ya que quienes taparon el pozo se quieren quedar allí para hacer alarde de la hazaña (ajena, pues el trabajo del pueblo hizo todo eso materialmente posible y efectivo); mientras los demás grupos proponen direcciones diferentes hacia donde caminar para seguir viviendo. 
Va a ser a finales del año 2013 la salida de este punto muerto cuando la consulta popular decida su voluntad. Sin embargo, la percepción de estar en un mismo sitio sin avanzar mas provoca una sensación de cambio a este estado social. Los indicios de este estado los da el mismo gobierno con sus controles económicos y sociales cada vez más apremiantes, exigentes y violentos. 
Es decir, esta década esta por escribirse aún. No se puede afirmar de ganar nada cuando todavía no se empezó a jugar el partido. La década que pasó fue una década recuperada en todos los sentidos. Desde la recuperación de nietos de los desaparecidos. Hay que decir que sin desaparecidos no hubiera sido posible desmantelar el Estado argentino. Desde la recuperación de empresas por sus empleados. Desde la recuperación de la política como herramienta necesaria para la sociedad. Desde la recuperación de soberanía económica de los organismo multilaterales de créditos. Desde la recuperación de beneficios sociales. Todo se recuperó en la década 2001 – 2011.
No ganamos. Empatamos.

Saturday, May 25, 2013

Los días de mayo en 1810.


Este trabajo lo había preparado para desarrollar en el programa “Estación Plural” al que amplié algunas partes del resumen.
Resumen de la semana de mayo de 1810.
Son tres fases las que se desarrollan en la Revolución.
1-La iniciación revolucionaria y los planes contrarrevolucionarios;
2- la contrarrevolución triunfante hasta el 25;
3- y la revolución que impone el gobierno patrio.

Desarrollo:
Los ánimos del pueblo de Buenos Aires con el Virrey Cisneros eran ásperos. Los acontecimientos de 1806 y 1807 habían hecho nacer un fuerte sentimiento independentista muy fuerte. En aquellos años, de las (1ª y 2ª) invasiones inglesas, nació el fuerte espíritu de independencia que dio fuerza material a los nuevos conceptos de la política moderna. Pronto buscarían su consolidación en manos de grupos con los primeros patriotas, que eran el fermento de las críticas al gobierno virreinal.
 Desde enero de 1810, además del poco favor popular, al virrey Cisneros se le conmueven las bases de sustentación: las caídas de las fuerzas españolas ante las de Francia. Estas noticias reavivan los sentimientos libertarios. Puesto que desde el mes de marzo existían ya grupos consolidados de hombres, que resistían a la autoridad del virrey, reuniéndose en secreto en la fábrica de Vieytes, en la quinta de Orma, o en la casa de Rodríguez Peña, el Virrey Cisneros, con el fin de ocultar la información, ordena que detengan todas las naves que venían de Europa en Montevideo y requisarlas, con el objetivo de evitar que  los acontecimientos de España sean conocidos por estos fervorosos patriotas.

El 18 de mayo llega la noticia de la caída de la Junta Central y Cisneros da a conocer un manifiesto en el que da una versión arreglada de los hechos dramáticos de España, a fin de evitar los rumores de aquella caída. El manifiesto publicado pide que se reúnan todos los gobernadores en un punto central equidistante para un gobierno que represente al rey Fernando VII. El Virrey espera con esta declaración que en América subsista el trono de los reyes católicos.
El mismo día a la noche se reúnen los grupos de vecinos en casa de Martín Rodríguez y en la Rodríguez Peña. Resuelven gestionar la convocatoria a un congreso general para adoptar medidas acorde con la crítica situación. Se encarga a que Lezica se dirija al Cabildo para pedir un Congreso general, y a Castelli que hable con el síndico Leiva, del virrey, con el mismo fin.

El 20 de Mayo Lezica se entrevista con Cisneros al que le dijo: que “el fermento popular era grave y que cuerpos armados y particulares le habían pedido que hable con él a los efectos de convocar a cabildo abierto para tratar sobre la incertidumbre de las Américas”. El Virrey se niega diciendo: que los pueblos de América estaban seguros bajo el gobierno y protección de los virreyes, quienes unirían su autoridad con las representaciones de las provincias a fin de constituir un gobierno que conviniese a la circunstancias. Sin embargo, asesorado por el síndico Leiva del gobierno, se convoca a un cabildo abierto para el 22 de mayo con el fin de oír al pueblo y adoptar providencias.
Apenas termina la intervención de Lezica, se dan comienzo a los planes contrarrevolucionarios. Se acuerdan planes en conjunto  con El Cabildo y el Virrey para arreglar todo a favor para las autoridades españolas. La propuesta será que se deba reunir a los gobiernos de provincias para que alguna resolución tomada por el Congreso  sea válida.  

El día 21 de mayo, Lezica y Leiva piden en el Cabildo que se reúna el Congreso general. Se envían una delegación al virrey para tal fin y se concede el congreso. En esos momentos se reúne una multitud en la plaza. Cornelio Saavedra les dice a los manifestantes que se ha accedido al pedido del pueblo. Sin embargo ellos reclaman la suspensión del cargo del virrey. Saavedra les dice lo que quieren la multitud en la plaza a los regidores y éstos le piden rogando que  trate de disolver a la multitud. El comandante de Patricios  logra que vuelvan a sus casas.
Luego, los regidores, pensando que la gente se fue para no volver más, preparan los planes contrarrevolucionarios. Confeccionan invitaciones para su propia gente, y calculando los detalles para asegurarse de antemano una asamblea adicta, los regidores se quedaron tranquilos luego de esa agitada jornada del 21, pensando en los encargados en repartir las invitaciones preparadas.

El 22 de mayo se abre el Cabildo Abierto. De los 450 invitados  por los regidores solo fueron 250. Los 200 faltantes se debió a que las tropas apostadas en la bocacalles no dejó pasar a los invitados y dejaba a pasar a los amigos revolucionarios dándoles invitaciones sin nombre.
Los debates en torno a cesación de la autoridad real y la reversión de derechos al pueblo eran expuestos con largas exposiciones. Los argumentos de los contras eran mantener la unidad política evitando la proliferación de soberanías como pueblos hubiera. Se votaron diferentes propuestas y como se llegó al fin del día, se propuso alargar el acta hasta el día siguiente y escrutar los votos a varias propuestas y fórmulas. Sin darse cuenta, los patriotas delegaron el poder del Congreso en el del Cabildo.

El día 23, el Cabildo gobernante revoca la continuación del Congreso y archiva los votos emitidos. Burlando los votos del día anterior con fraude, el Cabildo se atribuye la conformación de una junta de gobierno presidida por Cisneros. La contrarrevolución triunfó. Los votos en realidad eran 69 a favor de la continuación del Virrey y 155 por su cesación en el mando. Una clara demostración de haber anulado toda la deliberación y votos del día anterior.
Ese día 23 comunicó al virrey que debía dejar el cargo y aceptar la presidencia de la Junta. El virrey no aceptó y pidió que se reúnan los comandantes para pedir su opinión. Los comandantes reunidos prontamente, expresan que el ansia del pueblo es que se hiciese pública la cesación del Virrey y reasunción del mando en el Cabildo.  Se publica el bando en que el Cabildo va a elegir una junta de gobierno.

El día 24 de mayo, en el acuerdo de este día, el Cabildo burla nuevamente a los patriotas y diciendo que habían deliberado eligiendo que Cisneros continúe en el mando asociado con los señores… Solá, Castelli, Saavedra e Inchaurregui. Se dictó un reglamento constitucional con 13 artículos, para encubrir todo el fraude de ropaje jurídico.
Con todo aparato a las tres de la tarde, en la sala capitular, se llevó a cabo la ceremonia del juramento.
Conocida esta nueva situación los ánimos se enervaron y se agitó la acción de los patriotas para lograr la convocatoria a otro congreso esta vez con una nota con quienes deberían ser miembros de la junta firmada por muchos vecinos. La juventud había redactado la representación escrita que se elevaría al cabildo que fue inspirada por Berutti y French y que circuló toda la noche del 24.

El 25 de mayo, desde la madrugada los patriotas ya habían tomado posición en la recova adoptando como distintivo una cinta azul y blanca que exhibían en los sombreros o en el ojal del saco. Estas cintas identificaban a quienes portaban armas, la cinta blanca para quienes portaban sables o puñales y cintas azules quienes portaban armas de fuego.
El Cabildo se reunió a las 9, y, en vez de tratar la nota presentada la noche anterior, los regidores resuelven conminar al Cabildo al cumplimiento de su obligación de sostener su autoridad, haciendo uso de la fuerza pública si fuera necesario.
Apenas se despachó el oficio, la multitud ocupó el Cabildo y algunos entraron a la sala de acuerdos. Expusieron que el pueblo se hallaba disgustado y que era necesario cambiar la resolución del día 24. El Cabildo continuó con su posición y decidió consultar a los comandantes de cuerpos para contener al pueblo por medio de la fuerza.
A las nueve y media se hizo una reunión con los comandantes en la sala capitular. Leiva les expuso los acontecimientos a los militares: Los jefes de los regimientos españoles no hablaron siquiera. Los demás le dijeron que no podían sostenerse a sí mismos si cumplían con esa orden. Fue en esa situación que, quienes estaban en los corredores golpearon las puertas de la sala capitular “exigiendo saber de que se trataba.” Martín Rodríguez  tuvo que salir a calmar  los ánimos.
Terminada la reunión, el Cabildo cambió la resolución y envió a una delegación pidiendo la renuncia a Cisneros, y que la presentase sin protesta alguna. En el término de dos horas el espíritu de los regidores pasaba del heroísmo al pánico con una perturbación galopante.
Apenas bien llega la noticia al Cabildo de la renuncia, los diputados del pueblo exigieron que la autoridad la reasumiese el pueblo y no el Cabildo, que se había excedido en sus atribuciones en estos días. El pueblo se negaba a delegar la suprema autoridad en otros poderes constituidos que dejaba la disolución de la Junta Central. Designaban, así, ellos a los miembros de la Junta de Gobierno. Este es el sentido de la profunda revolución jurídica que acababa de consumarse.  La revolución acababa de triunfar: el pueblo había impuesto los nombres de las personas que ocuparían el gobierno.

Bibliografía consultada: Historia de la Nación Argentina. Vol. V; Ricardo Levene; 1941.