Powered By Blogger

Friday, July 22, 2011

El comienzo de la tercera década del siglo XXI

El siglo XXI empieza en 1989 con la caída del muro de Berlín. El mundo desde entonces deja de vivir en la polaridad política que encabezaban los Estados Unidos y la Unión Soviética. En los años 90 comienzan la multiculturalidad, la caída del discurso único como verdad da lugar a la verdad relativa: todos tienen razón ajustándose a su propio discurso que la sostiene. Estas verdades relativas da lugar en los 90 que todo de igual y cada uno hacía sus reglas y sus propios valores; para las relaciones sociales no había que tener ninguna: el mundo fue postmoderno. La política se adecua a esta matriz ideológica y de pensamiento y se transforma en una carrera de administración dentro de las estructuras del Poder del Estado. Y como cualquier carrera de éxitos no importa lo que piense o haga mientras sea el más apto para correr y ganar. Los partidos tradicionales tomaron este camino mientras que los partidos basados en ideas y valores, como ejes de su funcionamiento, fueron declinando hasta desaparecer en la actualidad.

Sin embargo y a pesar de todos estos cambios de conducta social los conflictos se han mantenido alrededor de su núcleo: el Capitalismo.

El inicio del siglo con el derrumbe de la división internacional amanece con las aperturas de las fronteras nacionales, políticas e ideológicas en el mundo. El capital ahora no tiene problemas en desarrollarse en cualquier región del planeta, hay una circulación libre de capitales y se pueden establecer allí donde el territorio natural lo favorezca mejor. Los capitales dejan de estar sujetos a las políticas nacionales y de sus estrategias de dominación y pueden circular en libertad. Fue la llamada globalización. En este proceso se da una expansión de la economía con la consecuente generación de riquezas para los capitalistas. En este proceso el país que va a tomar un acento cada vez más pronunciado es China.

En China gobierna el partido comunista que al contrario de su par ruso pudo adaptarse mejor a los cambios sociales puesto que mantuvo a su clase “burguesa” o clase media, como los productores del campo, y de esta manera tener un movimiento social importante para incorporar los capitales a su modo de producción socialista. La población china es casi otro planeta y permite que la generación de riqueza que produce el capitalismo llegue a niveles nunca imaginados por nadie en la actualidad.

En estos veinte años del siglo (que promete ser el más largo de la historia) el capitalismo expandió su producción de plusvalor (en dinero es ganancia) en cifras fabulosas, en bienes materiales gigantescos y niveles de vida desconocidos hasta ahora. Se pudo, al mismo tiempo, concentrar este plusvalor en la robotización de la industria, en las redes de transmisión de datos por satélites (Internet) y en la producción y el consumo de valores simbólicos como las superproducciones de Hollywood o espectáculos deportivos mundiales.

La década que se inicia, la tercera del siglo XXI, está determinada por la necesidad de acumular la riqueza producida durante los años 2000. Las crisis financieras no son más que procesos de acumulación real del capital. Este proceso es necesario para poder reproducir la generación de ganancias para los capitales. Un capital es capital mientras pueda obtener una ganancia, de lo contrario deja de serlo y no correrá riesgos y quedará en forma de fortuna personal para su consumo. La acumulación del capital se da por medio de la concentración de los medios de producción, fábricas, puertos, transportes, tierras de cultivo, etc. Esta concentración de medios de producción genera la desaparición de muchas empresas que no pueden “comprarse” o por que son ineficientes para la próxima escala de producción o porque se niegan sus poseedores a entregarla como bien de cambio. Pero es lo que se está produciendo en la llamada eurozona. La crisis de deudas es una fase de la acumulación real del capital. Mientras hubo una gran producción de plusvalor por la expansión global del capital se prestó parte de ese plusvalor, en su forma de dinero, y ahora se les pide a los deudores que devuelvan en monedas propias el valor prestado. El plusvalor, y el dinero subconsecuente de el, no es más que una expresión simbólica de la riqueza de donde se generó. Todos sabemos que un billete de cien dólares no se puede comer y que es su cambio por alimento lo que lo hace valor para ese cambio de materiales que usaremos para alimentarnos. Así ocurre con el proceso de circulación del capital. El dinero prestado no es la fábrica que lo generó pero su retorno luego del préstamo se exige una fábrica equivalente para seguir produciendo el plusvalor prestado. Si el deudor usó el capital para el consumo y no para la producción estará en problemas pues esos préstamos desaparecieron o se transformó en bienestar social general. Por lo tanto, en esta etapa del siglo veintiuno estaremos en problemas sociales violentos que no han podido ser resueltos a pesar de la extraordinaria magnitud del crecimiento de la riqueza mundial nunca vista en toda la historia de este planeta cuando los capitales se concentren nuevamente para intentar producir riquezas otra vez.

No comments: