Powered By Blogger

Thursday, July 14, 2011

El capitalismo tardío.

ACTUALIDAD EN APUNTES.

La “Euro Crisis” se está convirtiendo en el comienzo de la segunda etapa del siglo 21. Los líderes mundiales no parecen encontrar algún tipo de solución a las graves deudas estatales. No sólo los estados europeos más débiles son los más afectados por las deudas externas, sino también los Estados Unidos.

El problema de la deuda externa es un síntoma generalizado de los grandes centros capitalistas de producción. Y es una forma nueva que pone en crisis todo el sistema y marca el rumbo de las tendencias que siguen en estos años del nuevo siglo XXI. Demás está recordar que este siglo XXI comenzó con la caída del Muro de Berlín en 1989. Esto fue al comienzo de la Alemania unificada y su posterior liderazgo en la territorialización de la Eurozona. Luego aparecerá la moneda única: el Euro, y la globalización de la circulación libre de capitales entre estados soberanos. La expansión del mercado de capitales aparejó un extraordinario aumento de extracción de plusvalor mundial que duro hasta el momento de su realización en el proceso de acumulación real de la riqueza. Los mecanismos anticrisis propuestos para evitar desequilibrios sociales hicieron posible que se establecieran burbujas financieras que estallaron en el año 2008. Desde esa fecha a la actualidad no ha sido más que el movimiento del caer de las fichas del dominó. Una tras otra las especulaciones financieras estallaron en la más cruda realidad de la pura especulación. Y la pura especulación, la de creer en una expansión de la riqueza infinita no es más que una realidad imaginaria de los sectores sociales postergados o mejor dicho de los que trabajan. Pero esta especulación del mundo de lo imaginario permitió acceder un caudaloso río de créditos para cumplir, en lo real, el sueño de ser rico. Esta gran acumulación de créditos, deudas, es la que se convierte hoy en impagable.

Digámoslo nuevamente en otros términos. La globalización de la circulación libre del capital produjo grandes masas de plusvalor, es decir una gran masa nueva de dinero gratis para el capitalista inversor. Esta gran masa de dinero es puesta en oferta en forma de créditos para el consumo masivo. La oferta generalizada hizo que casi todos aquellos que nunca tuvieron acceso a un crédito para viviendas pudieran tomarlo aun sin ser confiable para saldarlo. Sin embargo, como el dinero ofrecido era parte de la plusvalía ganada en forma gratuita por las grandes financieras, nada se perdía si se lo vendía a su vez a menor valor que el del préstamo ofrecido. Y así en una larga cadena de compras y ventas de créditos es como el Estado termina quedándose con todos los riesgos de la gran masa de dinero prestado. De un modo u otro son los bonos del Estado Nacional los que se ofrecen para amortiguar el default de los deudores individuales hasta que la economía general vuelva a tener márgenes de ganancia para cancelar créditos históricos. Pero este revival de la expansión capitalista ya no tiene más fronteras nuevas que agregar sino es la de los países de baja producción de riquezas y de ganancias relativas. Y lo que se esperaba desde el mundo imaginario de la especulación interesada aparece desde el mundo real de los intereses sociales. La demanda del pago en especies de los dineros adelantados como ocurrió en Grecia en este último mes del año 2011.

La Argentina tuvo este paso en el comienzo del siglo con las privatizaciones de los servicios públicos, que pasaron a ser servicios privados, y fueron realizadas para pagar los montos de dinero de la deuda externa con el dinero de la venta de las empresas y con las mismas empresas a manos de capitales internacionales. Este esquema se repitió a lo largo del continente latinoamericano durante lo que sería la primera parte del siglo XXI y fue precisamente junto con la creación de la eurozona, otra parte orgánica de la globalización del capital financiero que determinó la expansión de la producción del plusvalor mundial. Latinoamérica no solo no tiene empresas rentables en el Estado sino que está revirtiendo esa tendencia hacia una nueva socialización de la economía. Por lo que los sueños europeos de expandir ad infinitum la renta del capital chocan con la cruda pared real de las masas y clases sociales de latinoamericanas de luchar por sus intereses propios. En esta lucha está comprometida las propias clases dominantes latinoamericanas por lo que este proceso se inscribe por ahora en modelos nacionales de producción de las rentas. (Petróleo en Venezuela, Cobre en Chile, alimentos en Argentina y Brasil, Gas en Bolivia, etc.)

En Europa sin embargo se libra la madre de las batallas. La crisis del Euro como moneda de pago y cambio de deudas públicas no sirve para pagar las deudas públicas de cada estado miembro de esa comunidad económica regional. Entonces la receta para afrontar la soberanía vuelve a ser la de la pérdida de esa soberanía. Como en el principio del siglo XXI las privatizaciones de los servicios será para realizar una nueva acumulación del capitalismo. Restringir la presencia del Estado benefactor y convertirlo en recaudador es lo que se pone como solución a la insolvencia del Estado de las deudas especulativas descriptas anteriormente. En este proceso nuevo que se abre en esta etapa del siglo XXI se puede esperar el mismo resultado de lo que ocurre actualmente en los países latinoamericanos. La emergencia de gobiernos socialistas radicalizados o mejor dicho la emergencia de las clases dominadas con nuevas exigencias extremas para contemplar sus propios intereses.

En esta nueva etapa del siglo se puede esperar un agitado movimiento de las masas sociales con sus crudas demandas de vida. No el de la búsqueda utópica de un mundo mejor sino de la búsqueda de seguir con vida, con la mera vida, lo que volverá en una suma violencia a la actividad social. Esta suma violencia no se trata de un terror ya que no tiene resistencia del mismo tenor del otro lado. No hay fuerza social que sostenga una resistencia armada frente a la suma violencia de las clases sociales que luchan por su subsistencia. Aquí, el fin de los grandes discursos sirve de prueba de este último concepto. El que no existan hoy los grandes relatos que conduzcan a las masas a seguir un comportamiento determinado quiere decir que los grandes centros productores de esos relatos, los mismos que tienen el capital dominante, no logran cautivar a sus dominados de todas las clases sociales. No hay un relato, (un mito), que cautive las masas para evitar la desastrosa caída de la realidad mundial tal como la conocemos. Y por eso no habrá masa humana disponible para sostener la maquinaria de la guerra creada para la defensa de las clases sociales dominantes. Por eso, al aparecer una suma violencia de las masas sociales para sobrevivir a la vida de este planeta y no tener una apreciable fuerza en contra se espera una favorable salida hacia delante en esta etapa del siglo XXI hacia la llegada de su primera mitad.

EDUARDO ERNESTO GARAY. MIERCOLES, 13 DE JULIO DE 2011

No comments: