Este trabajo lo había preparado para
desarrollar en el programa “Estación Plural” al que amplié algunas partes del
resumen.
Resumen
de la semana de mayo de 1810.
Son
tres fases las que se desarrollan en la Revolución.
1-La
iniciación revolucionaria y los planes contrarrevolucionarios;
2-
la contrarrevolución triunfante hasta el 25;
3-
y la revolución que impone el gobierno patrio.
Desarrollo:
Los ánimos del pueblo de Buenos Aires con el Virrey
Cisneros eran ásperos. Los acontecimientos de 1806 y 1807 habían hecho nacer un
fuerte sentimiento independentista muy fuerte. En aquellos años, de las (1ª y
2ª) invasiones inglesas, nació el fuerte espíritu de independencia que dio
fuerza material a los nuevos conceptos de la política moderna. Pronto buscarían
su consolidación en manos de grupos con los primeros patriotas, que eran el
fermento de las críticas al gobierno virreinal.
Desde enero de
1810, además del poco favor popular, al virrey Cisneros se le conmueven las
bases de sustentación: las caídas de las fuerzas españolas ante las de Francia.
Estas noticias reavivan los sentimientos libertarios. Puesto que desde el mes
de marzo existían ya grupos consolidados de hombres, que resistían a la
autoridad del virrey, reuniéndose en secreto en la fábrica de Vieytes, en la
quinta de Orma, o en la casa de Rodríguez Peña, el Virrey Cisneros, con el fin
de ocultar la información, ordena que detengan todas las naves que venían de
Europa en Montevideo y requisarlas, con el objetivo de evitar que los acontecimientos de España sean conocidos
por estos fervorosos patriotas.
El 18 de
mayo llega la noticia de la caída de la Junta Central y Cisneros da a
conocer un manifiesto en el que da una versión arreglada de los hechos
dramáticos de España, a fin de evitar los rumores de aquella caída. El
manifiesto publicado pide que se reúnan todos los gobernadores en un punto
central equidistante para un gobierno que represente al rey Fernando VII. El
Virrey espera con esta declaración que en América subsista el trono de los
reyes católicos.
El mismo día a la noche se reúnen los grupos de
vecinos en casa de Martín Rodríguez y en la Rodríguez Peña.
Resuelven gestionar la convocatoria a un congreso general para adoptar medidas
acorde con la crítica situación. Se encarga a que Lezica se dirija al Cabildo
para pedir un Congreso general, y a Castelli que hable con el síndico Leiva,
del virrey, con el mismo fin.
El 20 de
Mayo Lezica se entrevista con
Cisneros al que le dijo: que “el fermento popular era grave y que cuerpos
armados y particulares le habían pedido que hable con él a los efectos de
convocar a cabildo abierto para tratar sobre la incertidumbre de las Américas”.
El Virrey se niega diciendo: que los pueblos de América estaban seguros bajo el
gobierno y protección de los virreyes, quienes unirían su autoridad con las
representaciones de las provincias a fin de constituir un gobierno que
conviniese a la circunstancias. Sin embargo, asesorado por el síndico Leiva del
gobierno, se convoca a un cabildo abierto para el 22 de mayo con el fin de oír
al pueblo y adoptar providencias.
Apenas termina la intervención de Lezica, se dan
comienzo a los planes contrarrevolucionarios. Se acuerdan planes en
conjunto con El Cabildo y el Virrey para
arreglar todo a favor para las autoridades españolas. La propuesta será que se
deba reunir a los gobiernos de provincias para que alguna resolución tomada por
el Congreso sea válida.
El día 21 de
mayo, Lezica y Leiva piden en el Cabildo que se reúna el Congreso general.
Se envían una delegación al virrey para tal fin y se concede el congreso. En
esos momentos se reúne una multitud en la plaza. Cornelio Saavedra les dice a
los manifestantes que se ha accedido al pedido del pueblo. Sin embargo ellos
reclaman la suspensión del cargo del virrey. Saavedra les dice lo que quieren
la multitud en la plaza a los regidores y éstos le piden rogando que trate de disolver a la multitud. El
comandante de Patricios logra que
vuelvan a sus casas.
Luego, los regidores, pensando que la gente se fue
para no volver más, preparan los planes contrarrevolucionarios. Confeccionan
invitaciones para su propia gente, y calculando los detalles para asegurarse de
antemano una asamblea adicta, los regidores se quedaron tranquilos luego de esa
agitada jornada del 21, pensando en los encargados en repartir las invitaciones
preparadas.
El 22 de
mayo se abre el Cabildo Abierto. De
los 450 invitados por los regidores solo
fueron 250. Los 200 faltantes se debió a que las tropas apostadas en la
bocacalles no dejó pasar a los invitados y dejaba a pasar a los amigos
revolucionarios dándoles invitaciones sin nombre.
Los debates en torno a cesación de la autoridad real y
la reversión de derechos al pueblo eran expuestos con largas exposiciones. Los
argumentos de los contras eran mantener la unidad política evitando la
proliferación de soberanías como pueblos hubiera. Se votaron diferentes
propuestas y como se llegó al fin del día, se propuso alargar el acta hasta el
día siguiente y escrutar los votos a varias propuestas y fórmulas. Sin darse
cuenta, los patriotas delegaron el poder del Congreso en el del Cabildo.
El día 23, el Cabildo gobernante revoca la continuación del
Congreso y archiva los votos emitidos. Burlando los votos del día anterior con
fraude, el Cabildo se atribuye la conformación de una junta de gobierno
presidida por Cisneros. La contrarrevolución triunfó. Los votos en realidad
eran 69 a
favor de la continuación del Virrey y 155 por su cesación en el mando. Una
clara demostración de haber anulado toda la deliberación y votos del día
anterior.
Ese día 23 comunicó al virrey que debía dejar el cargo
y aceptar la presidencia de la Junta. El
virrey no aceptó y pidió que se reúnan los comandantes para pedir su opinión.
Los comandantes reunidos prontamente, expresan que el ansia del pueblo es que
se hiciese pública la cesación del Virrey y reasunción del mando en el Cabildo.
Se publica el bando en que el Cabildo va
a elegir una junta de gobierno.
El día 24 de
mayo, en el acuerdo de este día, el
Cabildo burla nuevamente a los patriotas y diciendo que habían deliberado
eligiendo que Cisneros continúe en el mando asociado con los señores… Solá,
Castelli, Saavedra e Inchaurregui. Se dictó un reglamento constitucional con 13
artículos, para encubrir todo el fraude de ropaje jurídico.
Con todo aparato a las tres de la tarde, en la sala
capitular, se llevó a cabo la ceremonia del juramento.
Conocida esta nueva situación los ánimos se enervaron
y se agitó la acción de los patriotas para lograr la convocatoria a otro
congreso esta vez con una nota con quienes deberían ser miembros de la junta
firmada por muchos vecinos. La juventud había redactado la representación
escrita que se elevaría al cabildo que fue inspirada por Berutti y French y que
circuló toda la noche del 24.
El 25 de
mayo, desde la madrugada los
patriotas ya habían tomado posición en la recova adoptando como distintivo una
cinta azul y blanca que exhibían en los sombreros o en el ojal del saco. Estas
cintas identificaban a quienes portaban armas, la cinta blanca para quienes
portaban sables o puñales y cintas azules quienes portaban armas de fuego.
El Cabildo se reunió a las 9, y, en vez de tratar la
nota presentada la noche anterior, los regidores resuelven conminar al Cabildo
al cumplimiento de su obligación de sostener su autoridad, haciendo uso de la
fuerza pública si fuera necesario.
Apenas se despachó el oficio, la multitud ocupó el
Cabildo y algunos entraron a la sala de acuerdos. Expusieron que el pueblo se
hallaba disgustado y que era necesario cambiar la resolución del día 24. El
Cabildo continuó con su posición y decidió consultar a los comandantes de
cuerpos para contener al pueblo por medio de la fuerza.
A las nueve y media se hizo una reunión con los
comandantes en la sala capitular. Leiva les expuso los acontecimientos a los
militares: Los jefes de los regimientos españoles no hablaron siquiera. Los
demás le dijeron que no podían sostenerse a sí mismos si cumplían con esa
orden. Fue en esa situación que, quienes estaban en los corredores golpearon
las puertas de la sala capitular “exigiendo saber de que se trataba.” Martín
Rodríguez tuvo que salir a calmar los ánimos.
Terminada la reunión, el Cabildo cambió la resolución
y envió a una delegación pidiendo la renuncia a Cisneros, y que la presentase
sin protesta alguna. En el término de dos horas el espíritu de los regidores
pasaba del heroísmo al pánico con una perturbación galopante.
Apenas bien llega la noticia al Cabildo de la renuncia,
los diputados del pueblo exigieron que la autoridad la reasumiese el pueblo y
no el Cabildo, que se había excedido en sus atribuciones en estos días. El
pueblo se negaba a delegar la suprema autoridad en otros poderes constituidos
que dejaba la disolución de la Junta
Central. Designaban, así, ellos a los miembros de la Junta de Gobierno. Este es
el sentido de la profunda revolución jurídica que acababa de consumarse. La revolución acababa de triunfar: el pueblo
había impuesto los nombres de las personas que ocuparían el gobierno.
Bibliografía
consultada: Historia de la Nación
Argentina. Vol. V; Ricardo Levene; 1941.
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