Esos votos baigorriences

El voto que gana.
Muchos sujetos votan a quien considera, con cierta certeza, va a ganar. Se enrolan generalmente en los llamados indecisos o en los “nosabenocontesta” por lo que la política no tiene incumbencia en ellos. El mecanismo objetivo que mueven a estos sujetos a optar por algo que va a ganar es el de la reproducción simbólica de la producción capitalista. Revelan una conducta cultural cuando utilizan ese objeto-signo como una apropiación y como capital. Ese objeto-signo no puede dar lugar más que a una economía mágica. El voto se transforma en la acción de votar al triunfo del nominado. Se trata de un plus en el cual se capitaliza y que remite a la sobredeterminación de una imposición social más profunda, de prestación simbólica y de legitimación social.
El proceso en el nivel simbólico se refuerza desde varias prácticas sociales siendo el del espectáculo deportivo uno de ellos y el más acentuado por su exacerbación: Como dijo Ana Mª Rico, cuando el equipo favorito pierde decimos que es por el técnico, el jugador, el tiempo, etc., pero cuando gana decimos: ganamos. Se prepara de este modo un modelo de conducta cultural para otras prácticas sociales que funcionan como ecos amplificadores formando una realidad de cultura denominada masiva.
Lo que nos debe quedar margen para pensar es que, si en verdad no es el voto el que debe cumplir con esa exigencia de la cultura de la gente y bien el “ganador” tiene antes que constituirse como tal para que el voto vaya hacia él. En todo caso lo desafiante es modificar la cultura de reproducción capitalista para que los sujetos encuentren en el voto, como objeto-signo, un modo de expresar sus propias aspiraciones como sujetos de iguales.
Eduardo Ernesto Garay. Viernes, 09 de marzo de 2007.
Bibliografía básica; Jean Baudrillard, La moral de los objetos. Función signo y lógica de clase. Comunicaciones. Los objetos. Editorial tiempo contemporáneo; Buenos Aires, 1971.